9 jul 2015

LO QUE DEBES ENTENDER DE LAS DECEPCIONES

Por qué si quieres ser rico, debes entender esto de las decepcione


Por Robert Kiyosaki

Las personas exitosas enfrentan y aprenden de la decepción

Cuando deje la Infantería de la Marina, mi padre rico me recomendó conseguir un trabajo que me enseñara cómo vender. Yo era muy tímido, y aprender a vender era más o menos la última cosa que quería hacer; pero era lo que necesitaba.

Por dos años, fui el peor vendedor en nuestro equipo. A menudo culpaba a otros factores por mi incapacidad de vender; a la economía, al producto, incluso a mis clientes. Mi padre rico no dio oídos. Él, como siempre, fue al corazón de la cuestión. “Cuando las personas no pueden,” decía, “aman culpar.”

Mi padre rico estaba tratando de enseñarme que el dolor emocional de la decepción es tan fuerte, que una persona a menudo empuja el dolor hacia otra persona a través de la culpa. Para poder aprender a vender, tenía que enfrentar el dolor de la decepción. En el proceso, aprendí cómo convertir la decepción en un activo, y no en un pasivo.

¿Está el miedo a la decepción deteniéndote?

Cada vez que me encuentro con personas que tienen miedo de probar algo nuevo, en la mayoría de los casos la razón es que le tienen miedo a la decepción. Tienen miedo de cometer un error o ser rechazados.



Pero la realidad es que si quieres tener éxito en la vida (no simplemente salir adelante) tienes que ser capaz de intentar cosas nuevas. Y si lo haces, prepárate para estar decepcionado.

La mayoría de las personas convierten a la decepción en un pasivo al decir cosas como, “Nunca haré esto de nuevo.” o “Debería haber sabido que fracasaría.” Dejan que la decepción los detenga. Han dejado de aprender. Han construido un muro de protección en lugar de una base en la cual construir.

La decepción es parte del éxito

Pero así como dentro de cada problema se encuentra una oportunidad, dentro de cada decepción se encuentra una joya de sabiduría de incalculable valor. La clave está en saber cómo lidiar, y aprender de la decepción.

Mi padre rico me ayudó a aprender cómo lidiar con las desilusiones emocionales profundas. Él decía: “La razón por la que hay tan pocas personas exitosas que se hicieron a sí misma, es porque muy pocas personas pueden tolerar la decepción. En lugar de aprender a hacerle frente, se pasan la vida evitándola.”

Padre rico creía que la decepción es una parte importante del aprendizaje, y por extensión, del éxito. Así como aprendemos de nuestros errores, ganamos carácter de nuestras decepciones. Lo que sigue son algunos consejos que me dio sobre la decepción.

Espera la decepción

“Sólo los tontos esperan que todo salga como lo planearon,” decía padre rico. “Esperar a ser decepcionado no significa ser pasivo o un perdedor derrotado. Es una forma de prepararse mental y emocionalmente para estar listo para las sorpresas que puede que no quieras. Esto te permite estar tranquilo y noble cuando las cosas no salgan bien, lo cual a su vez te permite pensar mejor.”

El éxito toma tiempo, y en el camino hay muchas decepciones. Tienes que estar listo y dispuesto a seguir avanzando y aprendiendo.

Ten un mentor junto a ti

Cuando las cosas van mal, ¿a quién llamas? Al igual que tenemos números de emergencia por incendios y policía, necesitamos a alguien que podamos llamar cuando tengamos emergencias financieras.

A menudo, antes de entrar en un negocio o empresa, llamo a alguno de mis mentores y les pido consejo. Esto me permite aprender de las decepciones de otros y aplicar sus lecciones a mi situación.

Sé amable contigo mismo

Uno de los aspectos más dolorosos de cometer errores o fallar en algo, no es lo que los demás digan sobre nosotros, sino lo duro que somos con nosotros mismos. La mayoría de las personas que cometen un error son más duras consigo mismas que nadie más.

He encontrado que las personas que son duras consigo mismas mental y emocionalmente, a menudo son demasiado cautelosos cuando se trata de tomar riesgos, adoptar nuevas ideas, o intentar algo nuevo. Es difícil aprender algo nuevo si te castigas a ti mismo todo el tiempo. Así que sé amable contigo mismo.

Di la verdad

Uno de los peores castigos que recibí cuando era niño fue cuando le rompí accidentalmente un diente frontal a mi hermana. Ella corrió a casa para decirle a mi papá, y yo huí y me escondí.

Cuando mi padre me encontró, estaba muy enojado. “La razón por la que te estoy castigando no es porque le hayas roto un diente de tu hermana,” dijo. “Te estoy castigando porque te escapaste.”

Financieramente, hubo muchas ocasiones donde podría haber huido de mis errores, pero huir era tomar el camino fácil. Todos cometemos errores y enfrentamos las decepciones. La diferencia radica en cómo las procesamos. Esto comienza con enfrentar las consecuencias de nuestras acciones y decir la verdad sobre por qué hemos fracasado. Sólo entonces podremos crecer y aprender.

Publicado originalmente en RichDad.com

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